06 enero 2013

De princesas y príncipes al ¿y vivieron felices por siempre?

Las construcciones sociales de lo que las mujeres esperamos no inician en los culebrones o telenovelas baratas y totalmente plagadas de estereotipos y discriminaciones, la manipulacion ideológica de lo que esperamos las mujeres y lo que deben ser los hombres no inicia por tanto en una edad en que ya desarrollamos cierto criterio o sentido común (aunque es claro que a veces hay a quienes no les basta una vida para hacerlo), la perversidad del asunto es que es en la infancia donde nos embadurnan de mieles y moscas las ideas, Disney pues, ha cumplido muy bien su papel de coadyuvante con el poderío patriarcal.

Y es que desde el "y se casaron, y tuvieron muchos hijos y fueron felices por siempre", pareciera que para lograr tan ansiada felicidad personal solo basta despertar después de años y años de un sueño profundo luciendo como modelo recién maquillada por Helena Rubinstein o Estee Laauder, recibir un beso del ser más bello, casarse y tener hijos; en caso de no estar dormida, y por el contrario estar muy despierta limpiando y puliendo baños, cocinas y pisos sin el apoyo del musculoso y todo poderoso Maestro Limpio, basta que un día toquen a la puerta y te lleven un par de zapatos al estilo Manolo Blanik, Prada o Gucci, y ese príncipe que tanto añoraba encontrarte te espere en el castillo, se casen, tengan muchos hijos y claro sean felices por siempre, total, que despierta o dormida, el final de los finales es el mismo ...se casaron, tuvieron muchos hijos, y fueron felices por siempre.

Aún en los renovados cuentos retomados para difundirse de manera masiva, dado que ya pocas niñas se tragan el cuento de las princesas ñoñas, vemos a una mujer no convencida del papel asignado tradicionalmente a las mujeres de su país, que por defender la dinastía y honra de su padre, sale a la batalla enfundada en sus pantalones convertida en todo un hombre, como si no fuera difícil ser mujer en un mundo de hombres, ahora debe fingir ser hombre aunque sea mujer en un mundo de hombres, pese a lograr éxitos, vencer en batalla, recibir preseas, al final, su gran felicidad es vivir con el caballero a quien en el campo de lucha ha superado, pero de quien se ha enamorado, el final previsible claro, se casaron, tuvieron muchos hijos y fueron felices por siempre. Y ni hablar de la mujer que con su temple, bondad en el corazón y capacidad de sacrificio decide calmar a la peor fiera que por supuesto es un hombre, porque al fin y al cabo las mujeres podemos cambiar al peor de ellos con esa infinita ternura que nos caracteriza, y quien sabe, chance que una vez cambiado el mal genio, hasta logremos que se bañe, se afeite y la bestia desaparezca, claro todo para casarse, tener muchos hijos y vivir felices. En caso de ser más bien del tipo exploradora de otros mundos diversos a los acuáticos, donde podamos enfrentarnos a la emancipación del padre y su poder recorriendo y sorteando todo tipo de obstáculos, no falta que en esa búsqueda de libertad, aparezca el tan ansiado príncipe para después de mucho buscar y encontrar, resulte, que lo que a la princesa acuática en realidad le hace feliz es su musculoso y guapo príncipe con quien finalmente y pese a las diferencias se case, seguramente tenga muchos hijos y viva feliz por siempre...

Parece que las opciones para ser feliz tanto para mujeres como para hombres son muy escasas basta con casarse, tener hijos y listo a vivir felices por siempre, pero ojo, quienes se tragan el cuento completo no son los niños, porque claro, ellos se aburren infinitamente de los vestidos estilo Óscar de la Renta o Carolina Herrera y con los castillos como salidos de la revista Hola, entonces el material se internaliza sólo en las niñas que aun en edad adulta y pese a toparse con todo tipo de hombres tan alejados de esos príncipes, y hombres tan viriles interiormente esperan a quien de la oportunidad de casarse, tener hijos y claro vivir felices por siempre, por supuesto, para ello es casi requisito ser buena, responsable, amable, asertiva, vivir para los demás, tener las ambiciones que quiera pero claro con el límite establecido por su príncipe, de preferencia con un cuerpo estilo Barbie, aunque el galán no sea muy a lo Kent. Prohibida la actitud de las brujas, malvadas de los cuentos...

Pero que diablos hay de malo en Cruela que ha decidido vivir para la moda, y ser una empresaria de éxito, y de ahí incluso se infiera que el diablo vista a la moda, o Maléfica, que en el nombre lleva la cruz que le toco cargar, y que si no se puede separar de los espejos, si le da la gana no mirar para otro lado porque es feliz con lo que se refleja en ellos, o que hay con Ursula quien ha construido todo un imperio es decir posee, y por tanto, es alguien a vencer, en que momento a semejante mujer adulta se le pudo ocurrir expandir sus territorios, o a la bruja de Hansel y Gretel, ella construyendo la casa de sus sueños para que lleguen dos mocosos y se la coman.

Entonces, visto así, es que se jode a las mujeres y también a los hombres, porque claro buscando ese estado de animo que hace sentir bien a la persona que posee un bien, de acuerdo a la definición que el Diccionario de la Real Academia otorga al término felicidad, al poseer al hombre o mujer amado/a y poseer hijos e hijas, entonces claro se obtendrá felicidad a perpetuidad. El problema ocurre cuando siendo mujer el deseo de explorar, buscar, encontrar espacios propios, desarrollarse profesionalmente, crecer de todas las formas en que sea posible, lograr, vencer, alcanzar sean necesidades casi tan primarias como el comer o dormir, porque claro esas mujeres no tendrán como primero de su lista casarse, o tener hijos, y sabrán que el vivir por siempre felices implica constancia, congruencia, tenacidad, amor a si misma y a quien determine, y sobre todo ello a determinar, a tomar decisiones propias, a equivocarse, caerse, detenerse, llorar la pérdida y avanzar sabrá que la felicidad no se compra como un nicho en el cementerio a perpetuidad, que la vida son momentos y aunque algunos se identifican con aquello que nos produce bienestar la felicidad no es permanente ni existe por generación espontánea.

Jode a los hombres porque son humanos y como tales plagados de defectos, virtudes, cualidades, errores, aciertos pero no son príncipes!!! Pero bueno al fin y al cabo, deben casarse para ser felices no?? Deben tener hijos para trascender la historia de sus propias vidas y con ello ser felices no??? Pero además deben lograr un buen trabajo, para tener los medios necesarios para alimentar a los hijos que nos van a hacer felices, aunque no se entere de sus notas en la escuela, a que hora come, si tiene ropa limpia, porque claro, deberá trabajar para dar de comer al motivo de su felicidad...

Ahora bien si el tan ansiado príncipe resulto un simple sapo que logró reproducirse, dejando la mitad de tan ansiada felicidad a cargo de la mujer, situación cada vez mayor en México tal como reflejan los datos de INEGI en cuanto al incremento de jefaturas femeninas en el hogar, entonces el mito del príncipe, del se casaron, del tuvieron hijos y del vivieron felices por siempre se desploma, resultado no hay mujeres felices ni hombres felices ni hijas/os felices.

Si las mujeres decidimos que además de la vida en pareja, queremos la vida propia, el éxito y la realización personal, la defensa del espacio propio, la búsqueda del espacio público, la conjunción equilibrada con el espacio privado, la satisfacción que produce el comprarse a si misma sus preciosos zapatos aunque no sean de cristal pero si Prada, o lucir vestidos Ralph Lauren, el relacionarse con mucha gente sin ser juzgada de puta o lesbiana, o perversa o egoísta o materialista, o cualquier cantidad de "o"el recorrer caminos sin más compañía que sus propias ilusiones, el ejercer su sexualidad cuando y como se le antoje, y decidir sobre su propia maternidad ya sea postergandola o negando la posibilidad, el tener convicciones propias como principal fuente de placer, entonces el casarnos o la maternidad no serán identificadas como las vías únicas para alcanzar la felicidad y claro por salir de lo establecido, entonces la soledad será su compañera porque un príncipe de cuento de hadas difícilmente podrá vivir con una mujer libre de ser quien quiere ser.

Y si algún hombre se topa con una mujer como la descrita, y que por cierto cada día es más común al menos en las ciudades donde tenemos acceso a información y educación, entonces la felicidad seguramente tampoco llegara porque al no ser el motivo de su afecto de manera unívoca, absoluta total y plena, entonces llegara la frustración, porque se sentirá reemplazado, rechazado, por más que le agrade esa mujer e incluso tenga sentimientos hacia ella, preferirá tacharla de todo incluso de difícil trato, y dado que no ha sido construido sobre una conciencia de igualdad entonces dará la media vuelta, aún contra si mismo, aún sabiendo que esa mujer puede ser la compañera de tránsito por esta vida, todo mejor que vivir con quien le implica un reto que de confrontarlo, le hará cuestionar su propia masculinidad, porque seguro no encontrara a la mujer que le importe despertar con la pestaña postiza lista para una cerrada de ojos mañanera, tampoco hallara en ella a la mujer dispuesta a dejarlo todo por prepararle sus alimentos, lavarle su ropa y fregar los pisos, con todo y la ayuda de aquel musculoso maestro, por supuesto tampoco será fácil compartir las victorias de esa mujer en tanto que desde esa visión patriarcal su éxito constituirá una confrontación a su propia capacidad, tarea casi imposible será ver que esa mujer puede sentirse plena aún sin la presencia del hombre amado y que el estado de bienestar que el le puede proporcionar es sólo una parte de su vida y no su vida entera, total, que un hombre con armadura de príncipe cruzando por el camino de esas otras mujeres que no son ni princesas ni brujas tampoco serán felices por siempre, al menos no con ellas, pese a ellos mismos.

Entonces, por que diablos continuar con las construcciones de esas niñas y niños en las que les llenamos de piedras absurdas la imaginación y la cabeza, por que no cambiar sus historias, por que no darles otras oportunidades, por que no contarles de otras formas de lograr estados de bienestar y que la felicidad no es completa ni se basa en los demás sino en cada persona por si misma, en sus sueños, en las metas que se proponga, en relacionarse con personas en condiciones de igualdad, sin esperar la perfección, reconociendo las fortalezas y debilidades, sin juzgar a las y los demás ni esperar que lo bueno proceda de otros y otras, por que no enseñar la maravilla de compartir caminos no de invadirlos, por que no decirles que la felicidad es un constructo constante, que el ejercicio de la maternidad y paternidad debe ser libre, responsable y sobre todo deseado y no impuesto, que ser madre o padre puede producir sentimientos agradables pero no es la felicidad, por que no enseñar que amar es mejor que firmar un papel y que es más fácil arrepentirse de esa firma que del amor que otra persona pueda producir.
Por que no enseñarles que la vida se conforma de muchas fases, de muchas sensaciones, que las personas van y vienen que algunas se van y no regresan y otras se quedan aún en el recuerdo, que enamorarse es muy fácil pero amar difícilmente ocurre, pero que el más grande y maravilloso amor es el que nos tenemos a nosotras/os mismos...

Dedicado a esa niña y esos niños que tanto amo... Mis pequeños sobrinos y sobrina... Con el deseo infinito que sean quienes quieran ser...

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